Perú es realmente un paraíso para soñadores y exploradores. En Europa, todo ha sido descubierto y explorado más de cien veces; por el contrario, el Perú es un país que ha conocido innumerables culturas muy antiguas, cada una más rica y poderosa que la otra, sucediéndose unas a otras durante miles de años. Han dejado huellas que el tiempo ha enterrado, pero que no han desaparecido; se podría elaborar una lista interminable de sitios olvidados que siguen alimentando las fantasías de locales y extranjeros por igual, y del potencial Indiana Jones. El entorno natural participa de esta fantasía: la espesa selva, las botas de lluvia, el machete para despejar un camino, el peligro constante de la naturaleza y los "huaqueros" en busca de los mismos tesoros... El misterio que rodea la existencia de estos sitios es completo y excita las imaginaciones más desenfrenadas.
Basándose en las historias recopiladas en las crónicas y leyendas españolas que circulan por la tradición oral local, muchos cazadores de mitos se han embarcado en una aventura: Desde Hiram Bingham y Maria Reiche, los más famosos y los más antiguos, hasta Thierry Jamin, actualmente en busca de la ciudad perdida del Gran Paititi, los extranjeros se han ido sucediendo, llegando a enriquecerse, a transformar una leyenda en realidad, a pasar a la posteridad, a sentir la adrenalina del peligro o a ampliar el grado de conocimiento y comprensión del ser humano. Entre los grandes descubridores, hay que mencionar a Gene Savoy: primero descubrió Espíritu Pampa, el último lugar de descanso de la familia real incaica (que Bingham buscaba antes de "descubrir" Machu Picchu); luego, volviendo al norte, sacó a la luz el Gran Pajatén y Kuélap, estos dos grandes sitios de la civilización de los Chachapoyas; y finalmente se puso a demostrar que el pueblo peruano venía de ultramar. Estas expediciones duraron todo el siglo XX, y otras continúan hoy... hasta el próximo gran descubrimiento...